El síndrome seco y el síndrome de Sjögren
La sensación de ojos o boca seca o quemante es muy habitual, especialmente en gente mayor. La causa principal de sequedad es la atrofia y fibrosis de las glándulas productoras de lágrimas o salivas debidas a la edad. La segunda causa más frecuente es el uso de fármacos, especialmente ansiolíticos y antidepresivos, aunque no son los únicos.
La tercera causa es el síndrome de Sjögren, una afectación autoinmune que afecta a las glándulas exocrinas con una prevalencia del 0,39% en España.
Es muy importante diferenciar entre síndrome seco y síndrome de Sjögren por que en ocasiones pueden tener pronósticos distintos.
El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune (nuestras propias defensas atacan a nuestros órganos) que afecta principalmente a las glándulas exocrinas (sacan su producto hacia fuera (como la saliva o las lágrimas)), pero que puede ser sistémica y afectar a cualquier órgano. Estas manifestaciones pueden ser graves, pero afortunadamente son muy poco frecuentes y suelen tener tratamiento efectivo.
Durante años ha habido una gran discusión sobre como diagnosticar esta enfermedad, y sobre todo diferenciarla del síndrome seco (ya que el pronóstico, como hemos dicho, en ocasiones puede variar). En las dos últimas décadas se han creado distintos criterios diagnósticos demasiado diferentes entre ellos. La clave del diagnóstico diferencial es que el síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune y debe poder demostrarse estas alteraciones inmunológicas específicas.
Finalmente el año pasado se publicaron unos criterios diagnósticos consensuados entre la sociedades americana y europea de reumatología (EULAR/ACR) que incluían la necesidad de demostrar esta afectación inmunológica.
Como pueden observar en la figura, aparte de la sequedad objetiva y subjetiva es necesaria la presencia de anticuerpos específicos (AntiRo y antiLa) y/o determinadas alteraciones en la biopsia de glándulas salivares menores.
Estos nuevos criterios eran necesarios ya que el pronóstico del síndrome seco y del síndrome de Sjögren son distintos, además este último puede asociarse a otras enfermedades autoinmunes como la cirrosis biliar primaria o la tiroiditis de Hashimoto.
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