Artitis reumatoide y otras conectivopatías
Artritis reumatoide
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad en la que se inflaman las articulaciones (artritis). Esta inflamación produce dolor, deformidad y limitación del movimiento. Suele afectar a las articulaciones de manos, pies, codos, hombros, caderas y rodillas. Suele respetar las articulaciones de las puntas de los dedos y de la columna. La AR se acompaña de rigidez matutina y cansancio. Puede dar también fiebre, aunque con menos frecuencia. La AR es una enfermedad sistémica, esto quiere decir que puede afectar a cualquier órgano (ojos, piel, nervios, pulmones…).
La AR es más frecuente en mujeres y suele aparecer entre los 45 y 55 años, aunque puede presentarse a cualquier edad. Es, junto la gota, la artritis crónica más frecuente.
¿Qué le puede ofrecer el reumatólogo?
El reumatólogo es el especialista del diagnóstico, manejo y tratamiento de la AR. La AR es una enfermedad crónica, no la podemos curar, pero sí controlar. Desde hace unos años la aparición de nuevos tratamientos ha permitido a la mayoría de enfermos con AR llevar una vida normal con una calidad de vida excelente.
Es importante hacer un diagnóstico precoz y preciso con el objetivo de tratar la inflamación de manera eficaz y temprana. De esta manera evitaremos la deformidad y discapacidad permanente y la afectación extrarticular. Al tratarse de una enfermedad que requiere tratamientos de cierta complejidad debe ser controlada y manejada por un reumatólogo.
¿Qué puede hacer el enfermo?
Se ha descubierto que los fumadores y las personas con gingivitis tienen más posibilidades de tener artritis reumatoide y de que esta sea más grave. Por lo que evitar el hábito tabáquico y una buena higiene dental son las dos cosas que pueden hacerse para evitar la enfermedad.
En los enfermos es importante mantener hábitos de vida saludables y realizar ejercicio suave. Excepto en los momentos de brote en que debe mantenerse reposo.
Es muy recomendable que el enfermo de AR se vacune contra la gripe y la neumonía.
Lupus
¿QUÉ ES EL LUPUS?
El lupus es una enfermedad inflamatoria crónica que produce inflamación de distintos órganos (con mayor frecuencia piel y riñones) y de las articulaciones. Además suele acompañarse de fatiga, fiebre y pérdida de peso. Es una enfermedad crónica, dura toda la vida, pero se manifiesta alternando periodos de mayor actividad o más síntomas (exacerbaciones o brotes) con otros de inactividad (remisión).
El lupus, como otras enfermedades reumáticas, es una enfermedad autoinmune. Esto significa que el sistema inmunológico, encargado de nuestras defensas, tiene una disfunción y ataca al propio organismo.
Cada persona tiene un patrón diferente de la enfermedad, lo que en ocasiones dificulta el diagnóstico. Esta patología se puede presentar a cualquier edad, pero lo más frecuente es que se inicie en la juventud, por lo cual el diagnóstico precoz es sumamente importante.
¿Qué le puede ofrecer el reumatólogo?
El reumatólogo es el encargado del diagnóstico y tratamiento del Lupus, aunque para el manejo de estos enfermos suele ser necesario un equipo multidisciplinar. Al ser una enfermedad que puede afectar a cualquier órgano y de múltiples maneras, puede ser de difícil diagnóstico. Para ello, los médicos se ayudan de distintas pruebas. Es clave el estudio inmunológico del enfermo. Afortunadamente, actualmente existen tratamientos muy buenos para el tratamiento de todas las manifestaciones del lupus y se están probando nuevas terapias con resultados muy esperanzadores.
Síndrome de Sjögren
¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE SJÖGREN?
El síndrome de Sjögren (SS) se caracteriza por la disfunción de las glándulas secretoras externas (lagrimales, salivales, de la piel, del aparato respiratorio y de la vagina). Los enfermos con síndrome de Sjögren se quejan sobre todo de sequedad en los ojos, con sensación de arenilla, problemas dentales, como una mayor aparición de caries, boca seca, dificultades para comer galletas, por ejemplo, picor de piel… En algunos casos también se pueden afectar otros órganos como los pulmones, el sistema nervioso central o el corazón.
Es una enfermedad sistémica autoinmune, esto quiere decir que nuestro sistema inmunológico, por un mal funcionamiento, ataca a nuestras glándulas secretoras externas. Es una enfermedad que puede presentarse sola o asociada a otras enfermedades autoinmunes, como el lupus y la artritis reumatoide, especialmente.
¿Qué le puede ofrecer el reumatólogo?
El reumatólogo es el especialista encargado del diagnóstico y tratamiento del Síndrome de Sjögren. En esta enfermedad la dificultad radica en saber diferenciar si estamos ante un síndrome de Sjögren o simplemente ante un síndrome seco, ya que la evolución y complicaciones no son las mismas.
El síndrome seco (sin Sjögren) es muy frecuente. La edad y diversos fármacos (ansiolíticos y antidepresivos, fundamentalmente) son sus causas más comunes.
Una parte muy importante del tratamiento de este síndrome consistirá en el alivio de las molestias provocadas por la sequedad, que en ocasiones pueden llegar a ser muy importantes. Para tratarlas se utilizan lágrimas artificiales, distintos geles i, en ocasiones, tratamientos que pueden estimular el funcionamiento de las glándulas.
Las distintas complicaciones extraglandulares, como las pulmonares o las del sistema nervioso central, necesitarán unos tratamientos mucho más complejos y especializados que requerirán un control médico estricto, como son los corticoides, los inmunomoduladores o las terapias biológicas.
Esclerodermia o esclerosis sistémica
¿QUÉ ES LA ESCLERODERMIA O ESCLEROSIS SISTÉMICA?
La esclerosis sistémica es una enfermedad crónica que afecta en la mayoría de ocasiones a la piel, pero también puede afectar a otros órganos, como los pulmones, el intestino, el riñón o el corazón. En esta enfermedad, la piel se esclerosa (se hace dura y rígida) por un exceso de acumulación de fibras de colágeno. Esto mismo puede ocurrir en otros órganos, dificultando la función de los mismos, y provoca patologías como fibrosis pulmonar, disfagia o insuficiencia renal.
Aunque la enfermedad se denomina sistémica (que afecta a los órganos internos), no todos los pacientes tienen esta afectación. En muchas ocasiones lo único que se afecta es la piel, y por tanto la gravedad de la enfermedad es menor.
La esclerosis sistémica es una enfermedad rara, que afecta a menos de una persona de cada cincuenta mil y es más frecuente en mujeres.
Los enfermos con esclerodermia deben evitar fumar, el frío y el excesivo estrés.
¿Qué le puede ofrecer el reumatólogo?
Para el diagnóstico de esta enfermedad y para poder conocer el tipo de patología que se padece, además de la historia clínica y la exploración física se deben realizar más pruebas. Unos análisis de sangre son imprescindibles para estudiar los distintos anticuerpos que nos permitirán clasificar la enfermedad. También debe realizarse una capilaroscopia para estudiar la circulación sanguínea a nivel de los lechos de las uñas.
En ocasiones, dependiendo del tipo de enfermedad que se padece, es necesario también el estudio de los órganos internos que puedan afectarse. Por ello, es necesario realizar ecografías cardíacas, TAC pulmonares, espirometrias…
El tratamiento de la esclerosis sistémica depende de los órganos afectados y puede ir desde evitar estresantes y frío a tratamiento con corticoides, inmunomoduladores o terapias biológicas.